Treinta Años del Proceso de Barcelona: Un Hito en la Geopolítica Mediterránea
El 28 de noviembre de 1995, Barcelona se convirtió en el escenario de una reunión histórica entre los ministros de Exteriores de Europa y los países vecinos del sur del Mediterráneo. En un ambiente postolímpico que reivindicaba la identidad mediterránea de la ciudad, se firmó la declaración que daría origen al Proceso de Barcelona, un acuerdo con la ambición de transformar la geopolítica regional mediante la combinación de seguridad, economía y cultura. Este marco buscaba establecer un espacio compartido de paz y prosperidad en el llamado Mare Nostrum.
Contexto Histórico y Primeros Logros
El Proceso de Barcelona emergió en un contexto excepcional, coincidiendo con los ecos del proceso de paz de Oslo y una percepción de oportunidad en Oriente Próximo. Esta situación alimentó la esperanza de que el Mediterráneo podría superar su imagen de frontera fracturada. Tres décadas después, el balance del proceso muestra luces y sombras. Senén Florensa, presidente ejecutivo del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), reflexiona sobre cómo este proceso ha estructurado, aunque de manera relativamente ineficaz, el Mediterráneo en términos geopolíticos.
A pesar de algunos avances tangibles —como intercambios comerciales y programas culturales—, el Proceso de Barcelona también enfrentó retrocesos significativos. El estancamiento en el proceso de paz, la falta de avances en democratización en el sur, nuevos conflictos y un clima de desconfianza han sido obstáculos persistentes. La Unión por el Mediterráneo (UpM), creada en 2008 con sede en Barcelona, no ha logrado disipar completamente estas tensiones.
Reflexiones sobre el Futuro
Joan Borrell, vicesecretario general de la UpM, utiliza una imagen elocuente para describir este estado de cosas: “La botella está muy medio vacía, pero si la tiramos, nos quedamos sin agua”. A pesar de los desafíos, Borrell subraya la importancia de la cooperación entre países. Florensa agrega que los principios establecidos en 1995 continúan siendo pertinentes para crear una zona de paz y estabilidad, propiciando el diálogo y el entendimiento.
Barcelona: Epicentro de la Cooperación Euromediterránea
La firma del acuerdo de 1995 no solo constituyó un hito diplomático, sino que consolidó a Barcelona como símbolo de la cooperación euromediterránea. La ciudad, junto a Cataluña, busca aprovechar este prestigio para liderar una iniciativa dentro del nuevo Pacto por el Mediterráneo de la Comisión Europea, que tiene como objetivo reforzar los lazos y la influencia en la región.
En el marco de la conmemoración, Barcelona alberga actualmente diversas cumbres y conferencias, culminando el viernes con el X Foro de la Unión por el Mediterráneo, donde participarán destacados ministros y representantes de la UE. Este foro destaca la relevancia creciente del Mediterráneo en la agenda de la Unión Europea.
Enfoque en la Juventud y la Gobernanza Regional
El nuevo Pacto por el Mediterráneo se centra especialmente en la juventud de la región y su formación, reconociendo que el Mediterráneo es el espacio lógico de vecindad de la UE frente a nuevas influencias de potencias como China y Rusia. En la Cumbre Euromediterránea de Regiones, el Gobierno catalán enfatizó la necesidad de otorgar un papel más fuerte a las regiones en el desarrollo de políticas mediterráneas.
Además, representantes de más de 40 ciudades de ambas orillas del Mediterráneo participan en la Conferencia de Ciudades Mediterráneas +30, subrayando el reconocimiento de las ciudades como actores clave en la cooperación mediterránea.
Mirando Hacia el Futuro
El Proceso de Barcelona ha cambiado la perspectiva sobre la región, a pesar de que los resultados esperados no se han alcanzado plenamente. Stefano Sannino, director general de Oriente Próximo y el Norte de África de la Comisión Europea, destaca que la integración sigue siendo el camino a seguir. La conmemoración invita a la acción, buscando reforzar los lazos comerciales y culturales, así como renovar la voluntad política para construir un Mediterráneo más seguro, próspero e integrado.
La actual atención hacia el Proceso de Barcelona resalta la importancia de la colaboración y la acción concertada en una región de vital interés geopolítico para Europa.